Alas.

Resulta algo normal para todos tener un límite. Esta aquí presente, implícitamente, como en todos lados. Uno se limita al escribir, existen palabras, conjugaciones. Quien pudiera, como Shakespeare, inventar entre letras y sonidos un término adecuado para los pensamientos, los sentimientos. ¿Es que acaso basta siempre con lo que tenemos? ¿O acaso uno prefiere conformarse? Quizás hay mucho más.

Siempre he percibido que en mí reside un propósito, importante, enorme, un fin que debo lograr a como dé lugar. Digo esto lejos de intentar expresar superioridad por sobre los demás. Es más, por el contrario, quiero agregar que quizás esto es cierto, pero que nos pasa a todos. ¿Cuántos de los que nunca leerán esto sentirán lo mismo?

Es... es casi un instinto.

Quizás el día de mañana, en el lugar, momento y situación precisa, finalmente despliegue mi alas y podré con ellas cubrir a todos esos cuyo propósito no era ser un ángel, mas sin alas dejan una estela a su paso en el cielo de sus queridos.

Y haciendo hincapié sobre lo anteriormente dicho, me faltan palabras. Palabras para definir la sensación que produce pensar que todo esto pudiera ser verdad. Quizás sí pueda conseguir mis alas alguna vez.

Quizás todos deben conseguirlas, porque las alas son algo más que un ramo de plumas adheridas a un hueso; Son abstractas, son la esencia que nos deja el gusto dulce en la boca, es esa persona que te respondió amablemente y con una sonrisa, es esa tarde de mil horas que no dura ni un segundo, cuando se está con quien se ama. Son esos amigos que en las buenas y en las malas, con sonrisas y enojos, llantos, regaños, te demuestran que el día que necesites esas alas, ellos serán cada una de esas plumas, adheridas a vos como la piel misma.

¿Y qué mejor que eso? ¿Qué mejor que un mate con tu familia? ¿Qué mejor que una charla sincera? ¿Qué mejor que un beso sincero?

¿Qué mejor que un par de alas?