Ese Instante

En la vida de todo hombre hay espacio para el Fútbol, los Autos, la Buena Música, la Fiesta y las Materias Difíciles de la Universidad, pero entre todas estas cosas hay un instante, un espacio infinito de tiempo que te saca de golpe de la realidad y te lleva a un cuadrante distinto del universo, ese periodo lo experimentamos todos cuando esa desconocida en los capítulos de la vida sonríe y hay un clic, un enganche, algo que no se va y cuando te impide el sueño hay problemas.

Como una twitera que sigo publicó “Todos quieren enamorarse, con miedo, pero todos quieren”, es rosa, pero hasta los mas oscuros personajes comparten estos deseos bajo la almohada.

No fue hasta que organizamos una reunión de amigos en un sitio lejano a cualquier civilización, era un lugar lleno de baja vegetación, parecía de fantasía, había una colina con un árbol no tan frondoso que miraba al horizonte arropado por los rayos del sol, a sus pies una mesa de madera, digno de una romántica postal que solo puedes importar de Europa. La felicidad la traíamos desde partir, pero me embargó cuando nos dejaron solos por irse a explorar, ella estaba cansada y yo no tanto, habíamos cruzado 7 palabras con anterioridad y tal vez exagere, una cinta sostenía sus cabellos, otra inexistente sostenía mi boca al asombro de Ese Instante, El Instante.

“El río debe estar seco, pero si se encuentra corriendo nos bañamos” le dije, su pícara sonrisa y su absoluta voluntad me rodeo de inmensidad, cubrió unas expectativas que nunca creé, que nunca anticipé, esas son las sorpresas que regala la justicia.

Corrimos hacia lo mas alto de la colina, hasta las raíces del árbol, todos los muchachos nos vieron al volver, como simulando un escape, no nos siguieron y les agradezco, lo que vino después quedará a cuenta de su facultad imaginativa, corten el sexo de esa imagen, anulen el sadismo de la foto, eso sí, de haber tenido una Polaroid en aquel momento habría capturado una historia que solo el guión de la vida puede recrear, porque no hay mejor escritor que el paso del tiempo y no hay mejor premio que el beso de esa mujer. -Guiño de ojo-.