Nunca más

Nunca me arrepentiré de buscarte debajo de las olas, ni me arrepentiré por no dejar de quererte.

Tú quizás bucees otros mares, navegues otros firmamentos, prometas otros sueños, cumplas en otras vidas lo que no en esta.

En todas las realidades, tras todas las alternativas, la única posibilidad existente se basa en que no puedo renunciar a lo que siento hacia ti.

Días que quiero quererte menos, y lo consigo. Me palpo el cerebro buscando, tratando de dejarlo estar. Mentir a mi alma afirmando - es solo una atracción sexual desmedida - (y muy probablemente lo sea). Y muy probablemente también sea todo lo demás. Y lo de los folios en blanco, interminables.

Y tú queriendo inventar princesas. Y yo queriendo convertir a aquel niño en Príncipe.

Tan dulce tu recuerdo que  ni todo el salitre del mar muerto puede, redundantemente, matarlo.

Igual es que yo tenía que aprender a soltar (te)
- vaya chorrada - (mis disculpas por este comentario adjunto).
Y (o) que tú, debías aprender a compartir (me).

O como de costumbre, lo uno y lo otro, que en el fondo es la misma lección para ambos.